viernes, 9 de diciembre de 2016

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Había una vez una chica que vivía en una caja destartalada pero muy amada por su gata Matilda.
Ella vivía en desorden caos y vacío, sin poder encontrar sus ropas entre otras ropas por las mañanas que en realidad eran tardes.  Poseía un bosque oscuro e infinito, pero con árboles muy verdes que pronto aburrieron a sus ojos. El cielo nublado la cubría todas las tardes y a veces, cuando el sol conseguía entrar en su ventana no servía de nada porque aquella habitación no podía calentarse. Ella salía al bosque dejando a Matilda en casa comiendo lagartijas y se encontraba con algunos habitantes curiosos pero prontamente desinteresados o asustados, porque aquel bosque, a veces, era también un laberinto con insectos agrandados por el oxígeno.  La chica volvía   casa con Matilda y alimentaba su interior sin sentido con películas y una imaginación que a veces se le antojaba insípida
Una tarde ella escucho la voz de un hombre que presumía le gustaba Sonic Youth, él estaba en las afueras del bosque y una punzada en su interior la atrapo. Al día siguiente, en su caja destartalada siguió escuchando la voz de aquel hombre, que a veces olvidaba y luego volvía con fuerza como una película muy interesante pero donde aún tardaban los giros inesperados. El rondando el bosque, posiblemente también veía una película
En la tarde salió a encontrarse con él, mientras el crepúsculo caía lento pero muy notable.  Entro en un coche sintiendo sus piernas torpes y ahí apareció la noche inundando el interior
Saliendo del bosque fueron a un bar pequeño inundado de rojo, con música decadente pero resistiéndose a morir. Vio sus ojos grandes, detrás de cristales, vio su boca moverse. Escucho sus palabras como si observara una cascada en una especie de trance. El salió a soltar humo y ver hacia la calle cuando ella sintió por primera vez un interés que se repetiría miles de veces : Que estas pensando?
Se juntó a su cuerpo siempre caliente y una parte profunda de ella se despertó como un animal ansioso y emocionado, sintiendo que había vivido mil vidas con aquel visitante, se despertó porque lo había esperado toda su vida. En la quietud de un abrazo que parecía haber esperado mucho tiempo, esta sensación la mantenía alerta.  La película había dado un giro perfecto.
Caminaron en las afueras del bosque, mientras el bar que habían dejado atrás, les hacia un regalo, autoformándose una memoria e identidad: una partícula pequeña y rojiza contribuyendo al inicio del todo. El la beso y aquel animal se sintió dulce estimulado y más despierto. La invito a su caja temporal y ella se olvidó de su bosque, de Matilda y entro a otro auto oscuro, mientras el hombre exploraba su pelo, haciéndolo suyo.
Se desnudó con vergüenza pero con un placer punzante y el la atrapo con su cuerpo, conectando como una pieza perfecta y hecha para ella.  Lo observo dormir y roncar, con la fascinación de un astronauta que ve la tierra desde el espacio.
Al día siguiente, con su cuerpo resistiéndose a salir de aquella cama observo una franja de sol que entraba por la ventana de la caja y deseo quedarse ahí, porque el universo, sin ella saberlo aún, la había puesto al fin en el lugar correcto. 
El   la dejo a las afueras del bosque, con una nueva noche reservada para ellos, con las futuras estrellas esperando ansiosas como el corazón revivido de aquella chica. Entonces, al entrar al bosque, los arboles brillaron con una nueva cualidad y el laberinto, muriendo lentamente, iba dando paso al primer camino en aquel lugar, con el sol arriba, tímido y lento descubriendo que ahora tenía la oportunidad de dar calor. La chica anduvo por este camino, volviendo a su caja destartalada, sintiendo cada vez más partes de su ser despertar. Hablo con Matilda, soñó despierta, conecto recuerdos incesantemente. Su bosque se llenó de flores con futuros y experiencias escondidos en ellas. Flores que serían recogidas por ellos.
Ansiosa, viva y expectante. Tan verde como los árboles y con su cuerpo aun conectado al de el
 El?
Tu, tan infinito dentro de mi. 
Infinito desde hace un año y para siempre
Gracias por ir  a sacar a la bruja del bosque






  

sábado, 23 de julio de 2016

Te entrego mi desmadre, mi caos. Mis pensamientos que son borrachos pendejos, niños felices, mujeres bailando  villanos ocultos en la oscuridad. Gritos de adultos malditos que nunca supieron educar
Mis impulsos oscuros y jodidos y también los que surgen de este amor con fuerza tan despiadada y potente como el sol.
Te entrego mi llorar y mis risas
Esta sinceridad que me sale desesperada de las ganas de explicarte mi interior. Pasearte por mi ser
Te entrego estos animales:
El gato maúlla, el lobo esta sangrando y el pájaro tiene  las alas rotas.
El gato solo intenta comunicarse contigo hermoso humano
El lobo es fuerte y se recuperara solo aunque dejara de seguirte
Pero el pájaro necesita que le cures las alas para volver a volar

Maullando, acechando y queriendo volar
Sangrando, olfateando
Caigo
Y después me impulso hasta el cielo

Te entrego algún rincón del universo mientras imagino que tan grande es este
Te entrego bestias que nunca se debilitan pero que sabes encerrar y a veces sacas a pasear
Mi desnudez que conoció el amar en tu piel
Mi Corazón que late al lado de tu existencia
Pasos, respiración y parpadeos.
Mi desmadre, mi caos

Y tuya


lunes, 15 de abril de 2013

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A las 3 con 25 Julián cruzaba precipitadamente la puerta del edificio donde vivía. Aventando el portal  con el brazo, que dio contra la pared provocando una vibración en todo el lugar. Subió las escaleras arrastrando torpemente los pies en un intento de correr y termino tropezándose en el último escalón al mismo tiempo que descubre que la puerta está abierta y con las llaves pegadas. Todo pasa como una mancha borrosa y sin embargo siente una amplificación en sus sentidos. Un débil gemido es lo único que le puede salir de los labios.
Intenta sacudirse la torpeza plantándose frente a la puerta entreabierta con los ojos vidriosos y muy abiertos fijos en las llaves, como si fuera un arma apuntándole o la cosa más obscena del mundo. Después suelta una risa débil y entrecortada que sin embargo le da escalofríos, entra en el apartamento y busca a Lisa en la pobre oscuridad debilitada por el alumbrado publico
-Lisa?-  Preguntan en un tono agudo y tembloroso- Lisa por favor...
Se detiene analizando la situación, reconociendo la locura de aquella hija de puta que solo se dedica a darle patadas en el culo y colorear de mierda su vida. La imagina claramente bajando las escaleras corriendo,  haciendo ruido con esos jodidos tacones verde lima que siempre le han molestado sin razón aparente.  Imagina al rechoncho de Eugenio el vecino de abajo asomarse por la ventana con su mirada escrutadora y murmurando maldiciones porque esa pendeja no puede bajar como una dama pero aquella pendeja es todo menos una dama.  Casi siente lastima por el Eugenio molesto y cansado. Entonces siente lastima también por el mismo, porque se encuentra mas que cansado y camina en medio de la débil oscuridad lentamente como una nave perdida en el espacio para terminar echándose en el sofá de en medio.
-Se le olvidaron los cigarros- Dice tranquilamente y disfrutando la suavidad de su voz- Se le olvidaron los cigarros o se le olvido un cuchillo de cocina, porque nunca se sabe que cabron pueda acechar en la calle. Se le olvidaron los cigarros y el cuchillo de cocina y quizá también el dinero para comprar un reyes y por eso volvió y la muy desgraciada tal vez dejo la puerta abierta a propósito soñando con que alguien se robara nuestra basura-
Casi como un espectro llego a su mente la plática que había tenido con Ricardo hace menos de media hora y también revive aquel coraje contenido que había sentido. Porque si había algo especial y siempre inalterable en esa amistad era el hecho de que Ricardo siempre lo contradecía. Era como si estuviera en un desierto y ese cabron fuera corriendo siempre fresco delante de el con una botella de agua helada, sudada, brillante.
-No te enamores- Empezó Ricardo- Enamorarse es un recurso...el gran recurso, cuando estas lo suficientemente grande jodido solo y aburrido como para saber qué es lo único que te queda hacer.
-Pero no es algo que se pueda evitar- Respondió  el con la cabeza apoyada en la mano, mirando la camiseta blanca y amarillenta de Ricardo
-Eso es una mamada, piensa con objetividad-
-Que?-
-Es inevitable porque así nos lo han inculcado, es la ya putrefacta meta de la vida: Enamorarse. Es la puta que todos queremos, eso es el amor- Respondió, hincando un dedo sobre la mesa-
-Eres un puto amargado- Reparo Julián con voz contenida- Me has dicho esas chingaderas miles de veces yo no se por...-
-Y tu un maricon que nunca sabe lo que quiere- Interrumpió Ricardo, tajante-
-Pero yo no estoy viejo ni...-
-Por eso también sufres- Interrumpe de nuevo- Porque no sabes lo que quieres y ese tipo de gente siempre cree que lo sabe y por eso termina eligiendo pendejadas y tú ahora mírate
-Me harte!- Chillo Julián enderezándose y tomando lo que quedaba de su cerveza ya tibia-Me voy!-
-Así? Y a dónde vas?- Pregunto Ricardo, sonriente...casi radiante
-A donde sea-
-Donde sea es aquí, por eso me llamaste desde un principio-
-Deja de jugar con tus palabritas-
-No es juego, quiere que te quedes-
-Me voy..- Reparo Julián débil y sintiéndose como un pordiosero- Yo no...- Se interrumpió, mirando a una chica de la mesa de frente, analizando su esbelto físico con pereza: Bien Zara, bien american apparel, bien saco vintage comprado a 20 varos en algún tianguis lleno de herpes y chinches, bien perdida, bien atenta, bien interesante, bien interesante y falsa. La chica siente su mirada y gira la cabeza en su dirección, recorriéndolo con la mirada pero sin verlo en realidad y entonces le sonríe  con la misma sonrisa que ha visto miles de veces. Julián se exaspera y tiene ganas de ir  y cogérsela y después aventarla a la carretera.
-Putas chingaderas- Susurro, golpeando la mesa con la palma abierta y dejándose caer en la silla, estirando las piernas-
-Qué?- Pregunta Ricardo, acercando su rostro al de Julián, quedando apenas a unos cm- Que pasa pendejito?-
-Todo es una chingadera-
-Todo es un chingadera!- Exclama Ricardo, tomándolo de la nuca  atrayéndolo hacia el y golpeándole la nariz con la frente- Estas jodido!- Le susurra con fuerza, soltando su aliento en su boca- Maldito jodido- Y entonces lo besa, pegando sus labios con violencia a los de el y mordiéndole  con malicia el labio inferior. Julián suelta aire oscamente por la nariz y después lo toma de los hombros apartándolo enérgicamente
  -Carajo! me sacaste sangre!- Le grita, dándole un manotazo en la oreja
-Al menos te saque algo interesante, pero mírate sigues pareciendo un fantasma-
-Me largo- Y ahora decidido se incorpora, dándole una palmada a Ricardo- Gracias por intentar revivirme.
Ricardo se pone en pie rápidamente, le pasa un brazo por la espalda y le aconseja, muy atento, echándole toda su peste a alcohol en el rostro
-No te dejes, por favor, no te dejes- Se lo aparta de una sacudida y alejándose con paso firme levanta la mano, despidiéndose sin ganas y diciendo, muy despacio- Chinga tu madre Jorge Garralda.
Ahora, en la tranquilidad del apartamento todo lo que había dicho Ricardo le parecía casi gracioso.  No se creía tan jodido, es decir...sabía que estaba jodido pero  lo que lo relajaba era no sentirlo del todo. Con los ojos cerrados sonrió y se pasó la lengua por el labio, limpiándose la sangre seca y entonces escucho un chapoteo,  proveniente de no se dónde. Después escucho algo como vidrio cayendo  luego otro chapoteo, ahora más fuerte. Se levantó, con el cuerpo pesado y se quedó ahí, parado, con los sentidos aun medio entumecidos, esperando.
Chapoteo. Agua.
Camino por el apartamento, rodeando una pila de sabanas hechas bola en el suelo y dirigiéndose a la cocina, como un persona adormilada. Luego, regreso por el mismo camino y entro en la habitación principal. Entonces vio una débil luz proveniente del baño, que se alcanzaba a colar por la puerta casi cerrada  y escucho una respiración lenta y profunda que termino de despertarlo. Con decisión empujo la puerta con la punta de los dedos y miro hacia el interior y antes de poder asimilar todo volvió a soltar esa risita que ahora le pareció tonta y eso extrañamente le hizo gracia, haciéndolo reír de nuevo. Entro al baño y se paró en el medio, observando a Lisa hundida en la bañera que  parecía que dormía, luego observo la brillante agua, rojiza, rosada...totalmente roja. Y aquella mezcla le hizo pensar en un atardecer perfecto y después en jugo de arándano y después ese jugo de arándano mezclado con vodka y luego considero que la gente sobrevaloraba demasiado el Ocean Spray. Lisa entreabrió los ojos, mirando hacia el techo, fijando sus ojos en el foco cegador y entonces el reacciono arrodillándose bruscamente junta a ella, las rodillas le resbalaron debido al agua en el suelo, provocando que se golpeara con la parte baja de la tina.  Se quedó observando por otros segundos y después, metió los brazos en la bañera buscando los de ella y salivando de una manera que empezaba a asustarlo. Busco sus muñecas que estaban llenas de cortes profundos y desordenados en vertical y horizontal. Limpios por el agua caliente, mezcla de carne blanca y rosada, algunos de ellos recorriéndole casi hasta el inicio del codo, pero descubrió con inteligencia que no eran lo suficientemente profundos como para provocar lo que estaba pasando en Lisa, además no veía ni un tendón (aunque nunca había visto uno) de repente se sintió torpe ahí hincado sosteniendo dos brazos como si hubieran sido amputados. La sacudió débilmente y luego rebusco en el suelo  con la mirada y entonces vio un frasco tosco y mojado con una franja azul en el medio: Valium. Valium y mas allá, casi en un rincón una botella de J&B medio vacía, como abandonada por unos pubertos jugando a la botella. Le soltó los brazos y recogió el frasco de Valium. No quedaba nada, ni siquiera en el suelo, ni una puta pastilla. Luego  volvió su atención hacia Lisa, paso un brazo por debajo de sus hombros, apoyo su mentón en su cabeza y la abrazo tan fuerte que por primera vez sintió la fragilidad de aquel cuerpo desnudo, mojado y ahora medio vacío. Ella tosió con una fuerza inesperada  y el hecho hacia atrás la cabeza, observándola. Le pareció como una recién nacida y eso le volvió a sacar una risa que se convirtió  un bufido.
-Ahora sé que te amo- Le murmuro Julián, besándole el rostro, incluidos los parpados, casi sintió la larga extensión de sus pestañas húmedas
-No...no quiero...no- Gimió ella, apretándole un brazo con una mano que intentaba sacar fuerzas
-Qué?-
-No me quiero...- Aparto la mano de su brazo y le acaricio el rostro, después esta cayo en el agua como una serpiente muerta.
-Lisa! háblame bien!- Le grito en el rostro, casi exasperado- Que quieres decir, carajo? Después de todo...tienes algo que decir? Ella volvió a toser, intentado incorporarse y entonces volvió a resbalarse en el fondo de la tina, provocando un chapoteo que salpico a Julián. Un chorro de agua le alcanzo la boca. Esto lo molesto aún más y  un pensamiento le devolvió la lucidez y se lo expreso a Lisa, con mucho interés y mirando fijamente sus ojos a medio abrirse
-El Ocean Spray está muy sobrevalorado. Nunca me gusto-  Entonces la tomo delicadamente de los hombros, frotando sus clavículas con los pulgares y la sumergió en el agua muy despacio, como si la estuviera bautizando. Espero unos segundos, observándola a través del agua rosada y los ojos de lisa se abrieron y se volvieron a cerrar y entonces los apretó con fuerza y después alzo los brazos, aferrando las manos al borde de la bañera y sintió el impulso de su cuerpo por salir a la superficie. El impulso profundo y animal por sobrevivir y el se sintió agradecido sin razón y sus brazos su corazón y sus sienes le latían al mismo tiempo como un solo órgano y refunfuño que nunca le había gustado de verdad el Ocean Spray, con la saliva escurriéndole entre los dientes apretados. La sumergió con más fuerza, golpeándola en el fondo de la bañera dos veces. Las largas piernas de Lisa salieron casi por completo como dos delfines vivarachos en un arco perfecto, golpeándose y doblándose contra el extremo de la tina y después resbalaron...hacia el fondo, con el resto de aquella cosa.
-Que quieres? ahora me lo vas a decir?- Le pregunto con mucho esfuerzo lo que provoco que la pregunta se transformara en un rugido saliendo urgido de entre su mandíbula tensa y fuerte. Volvió a golpearla contra el fondo una vez más y después se quedó quieto esperando, observando el azulejo estéril y perfecto.  Sus brazos tensos se relajaron sin que el se diera cuenta, recargo los codos en el borde y miro hacia el fondo del agua. Una mancha borrosa. Pelo de sirena meciéndose en armonía. Metió de nuevo los brazos, la tomo de la cabeza y observo su rostro húmedo. Sus labios aun rojos. Su piel con un rubor muriendo lentamente. Su nueva palidez que lucía hermosa ante la luz del baño, luego, con mucha delicadeza la volvió a sumergir en el fondo.  Se volteo sentándose y apoyando la espalda en la tina, alcanzo el  J&B y tomo lo poco que quedaba. Se sentía tan vivo. Sus ojos verde-oscuro nunca habían brillado tanto. Sus mejillas tenían un rubor delicioso y adorable. Miro hacia la oscuridad de la habitación y sonrió con sinceridad.

-Nunca habíamos estado tan jodidos- Expreso al mundo entero y su voz se diluyo viajando en  la oscuridad, cálida y agradable.

lunes, 9 de julio de 2012

Bee


Habia una abeja. Un zumbido incesante que representaba todas las inquietudes posibles que era capaz de sentir un humano. En ese momento era solo molestia. Molestia por que estaba comiendose un puto helado, por que estaba sentada en la banqueta comiendose un puto helado. Con tristeza pero comodidad comia un puto helado y la abeja zumbaba a su  alrededor exigiendo una atencion no merecida. Exigiendo las gotas ya totalmente tibias que se deslizaban por el barquillo. Esa pequeña vida acorralando su solitaria, enorme, total y ahora corrompida comodidad. Puta abeja. Puto helado. Movia el helado de un lado a otro como si estuviera intentado maniobrar con la palanca de un auto y se sentaba de costado y despues de frente y hubo un momento en que sin darse cuenta se quedo quieta y atenta mirando como la abeja recorria sus manos, la punta dulzona de sus dedos  y le parecia que lo hacia con una delicadeza totalmente consciente.  La muy puta queria ser amable . Y despues saltaba hacia el barquillo totalmente humedecido en lo que ahora era un liquido dulce y amarillento. Buscando algo mas certero.
Entonces la abeja -solo la abeja- revoloteo un poco mas y se fue. Su marcha le daba un aura a la banqueta. Aquella aura de soledad que solo parecia dominar el contorno de su cuerpo ahora se extendia en ese pequeño circulo.Se puso en pie, como si estuviera dispuesta a seguir a la abeja, solo que se fue en direccion contraria.

martes, 18 de enero de 2011

30 de Agosto del 2010



Mi memoria soberbia se ahoga en la irracionalidad de mi cabeza palpitante dolorosa que desquita el descanso con mis parpados de envoltura negra. Envoltura morada. Morada. Morada me siento cuando te veo y no es por agradarte.
Mis pensamientos bolidos, con ida y vuelta regodeandose en el caos. En el latido doloroso -dolorosa mi cabeza- . Mi corazon quiero ir mas lejos, aun cuando choca contra su propio frente.
Ir y venir
Ir y venir
Y yo vengo de nuevo a mi inmovilidad. Mi piel que en silencio desgarra sus poros
Y mis pensamientos de nuevo hambrientos de velocidad. De imposibles. Mareados pero imparables se mezclan para no volver a distinguirse jamas.
Rejillas verdes, pavimento oscuro.
No es el fin del pasillo, vamos mas alla, a una habitacion mas grande, donde mi silencio haga gritar a las paredes.
Y mientras caminas a mi lado yo me siento capaz de abrirme las arterias por ti.
Recostado en mi perfil y en mis sienes entumecidas de dolor y mi sudor que ahoga tus manos.
Ir y venir. Ir y venir
Y la luz de aquella ventana me grita frio con ambiente helado y tus brazos no me comen mas.


C

Supongo que tenia que ver con que iba sola...
Las nubes pasaban tan lento que lo unico que lograban era que vigilara su avance con mas detalle de lo normal. Supongo que tambien tenia que ver con el maldito medicamento. Una droga aceptada, un pretexto entumecedor, algo que pedia y me llegaba a las manos sin regaños y sin peros. Bendita sea la enfermedad.
Y habia tambien algo, rescoldos de droga no aceptada. Guardada, latiendo y aprovechando momentos como este para salir y acompañar a los segundos. Segundos torturadores por su peculiaridad, por que cada uno lleva un recuerdo rapido, fugaz. Unicos. Pequeños pero pesados.
Un intento languido de seguir.
De escribir cosas como estas...
Exprimirte sin que te des cuenta aver si saco una pizca de inspiracion.

miércoles, 11 de agosto de 2010